La “Economía de las Canas” Una gran oportunidad para el Tolima

6 de junio de 2022

Por Carmen Inés Cruz.

De acuerdo con el Presidente de Colpensiones, Juan Miguel Villa, “si en Colombia hoy 13 de cada 100 personas son mayores de 65 años, en 2050 serán 30, y agrega que nada más Colpensiones tendrá que pagar cerca de $39 billones de pesos en prestaciones económicas en 2022”[1]. El DANE, a su vez, reporta que en 2021 la esperanza de vida para las mujeres colombianas es de 80 años y de 73,7 años para los hombres, y revisando datos para años anteriores se observa que una y otra vienen creciendo en forma continua, así como el envejecimiento de la población. A su vez, según el censo de la población colombiana de 2018, Bogotá es el territorio que concentra el mayor número de personas mayores de 59 años (995.029), seguido de Antioquia y Valle; y, como referente, el Tolima reportó un total 196.945. Posteriormente, según reporte del DANE de 2021, en Bogotá hay aproximadamente 1’113.938 personas mayores de 60 años, un 58 % son mujeres y 42 % hombres, lo cual evidencia la feminización del envejecimiento. [2]

De otro lado, se conoce sobre “avances claves en biomedicina que plantean la posibilidad de prolongar la edad adulta productiva y la esperanza de vida promedio”[3]. Así mismo lo destacó la doctora Margaret Chan, Directora General de la OMS (en 2015) “Los avances notables de la medicina ayudan a más personas a vivir vidas más largas. Se espera que para 2050 el número de personas mayores de 60 años en el mundo se duplique; y en las Américas, el número de adultos mayores se estima que se cuadruplicará en relación con 2006; ello requerirá de un cambio social radical. Hoy, más personas, incluso en los países más pobres, están viviendo vidas más largas, pero esto no es suficiente, necesitamos asegurar que esos años adicionales de vida sean saludables, significativos y dignos. Alcanzar esto no solo será bueno para las personas mayores sino para toda la sociedad”[4].

En reconocimiento de esta nueva situación, la Organización Mundial de la Salud creó la “Red Global de Ciudades y Comunidades Amigables de las Personas Mayores” que actualmente cuenta con 792 ciudades participantes comprometidas con la optimización de la salud, la seguridad y la inclusión de las personas mayores. Entre las características principales de tales ciudades se encuentran: “el buen estado de las aceras para facilitar el tránsito, disponer de bancas en calles y parques y tener una buena red de transporte público, que conecte a bajo costo y en poco tiempo, distintos puntos del territorio. Del mismo modo, los edificios y viviendas suelen contar con herramientas accesibles: ascensores, rampas, señalizaciones, barandas, pasillos amplios y pisos antideslizantes. A nivel cultural deben ofrecer un catálogo de ocio adaptado a los intereses de los más viejos, de manera que se mantengan activos y tengan contacto intergeneracional”[5]. Sobre esta materia Colombia cuenta con la Ley 2055 de septiembre 10 de  2020[6] por medio de la cual se aprueba la «Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores», adoptada en Washington, el 15 de junio de 2015.

Ahora bien, en Colombia, el creciente envejecimiento de la población se suele analizar desde la perspectiva de sus implicaciones para los sistemas de salud y pensional y también para el ámbito laboral, puntualmente en relación con los crecientes costos que demanda la atención a personas mayores, usualmente afectadas por problemáticas de salud muchas veces complejas, irreversibles y de alto costo, y también los años adicionales devengando pensión. Todo ello confrontado con la tendencia a la reducción de la natalidad y a la migración de gente joven a otros países, con la consecuente configuración de una pirámide poblacional en la que cada vez es menor el número de personas económicamente activas que soportan el costo de quienes viven de su pensión. Por supuesto, no es posible desconocer las serias implicaciones de estos hechos, pero tampoco deben llevarnos a ignorar, subestimar o invisibilizar otros aspectos que se derivan de ello, y que ameritan detenido análisis para asegurar que, con creatividad y buena disposición, se transforman en oportunidades que puedan ser aprovechadas. Es desde esta perspectiva que en este documento queremos flexionar, puntualmente en cuanto concierne al Tolima.

El asunto interesa de modo especial por cuanto en el Tolima con frecuencia se reitera que, para muchos de los adultos mayores residentes en Bogotá, esa ciudad deja de ser atractiva por su altura sobre el nivel del mar y su clima frío y lluvioso; porque ha crecido en forma desmesurada y con ello la congestión, la inseguridad y la polución presionan su confinamiento, agudizado por la pandemia del COVID-19 que se prolonga en forma indefinida. Todo ello, en conjunto, ha creado condiciones que llevan a muchos a optar por mudarse a municipios aledaños[7] o a ciudades próximas de menor tamaño, con un clima y entorno más amable y un menor costo de vida. En ese contexto muchos encuentran que Ibagué es una buena opción para vivir, y también otras poblaciones del Tolima como Marquita, Honda, Carmen de Apicalá y Guamo. Se suma el hecho de los miles de tolimenses que emigraron a otras ciudades y países y conservan la expectativa de retornar a la tierra que los vio nacer o crecer, a pasar sus años de vejez. Estos son hechos que deben llamar nuestra atención sobre el trabajo que se puede realizar en el Tolima para lograr que aquellas circunstancias se conviertan en oportunidades que generen empleo y riqueza para la región y, además, respondan a demandas del entorno.

Sobre los adultos mayores que pudieran residenciarse en el Tolima, cabe anticipar que, si bien constituyen una población heterogénea, es previsible que muchos sean personas que cuentan con una pensión y ahorros que han reservado para utilizar durante su vejez, aplicándolos de modo prioritario al cuidado de su salud y al disfrute del tiempo en actividades apacibles, gratas y seguras.

Lo anotado explica, en parte, la creciente construcción de vivienda y el arribo de numerosas personas que deciden establecer su residencia en Ibagué, y si bien a la fecha no hay estadísticas que lo sustenten, sí se tienen indicios[8] que debemos tomar muy en serio, porque constituye una oportunidad para el surgimiento de nuevos emprendimientos y para generar empleo, ese que requerimos con gran urgencia en esta capital que se disputa con Quibdó el primero y segundo puesto entre las capitales con mayor desempleo en el país, y donde las mujeres son las más afectadas.

Importa entonces, conocer algunas peculiaridades de las demandas de los adultos mayores, en diversos ámbitos a fin de preparar la ciudad y sus habitantes para atenderlas. Veamos algunas:

1. Respecto a la vivienda, ese segmento de población prefiere que, así se trate de casa, o de apartamento, sean de un piso porque quieren evitar escaleras; que su diseño incluya puertas amplias por donde puedan circular camillas, sillas de rueda y otros artefactos de ese tipo; que los pisos, los baños y cocinas estén acondicionadas para brindarles seguridad; que cuente con barandas y barras para apoyarse mientras se movilizan. Que cuenten con tecnología pertinente para facilitar su movilidad, comunicación y seguridad. Y si hay ascensores, que estén adecuados a sus necesidades; que se cuente con rampas y escaleras amplias y amigables por donde puedan pasar camillas y otros artefactos. Así mismo, áreas verdes, zonas que les permitan socializar con sus vecinos, con senderos y andenes por donde puedan caminar sin peligro. Es preciso señalar que, en general la abundante oferta de vivienda que se viene construyendo en la ciudad, conformada por enormes edificios que aglomeran apartamentos minúsculos con muy reducido espacio público, no responden a los parámetros señalados[9]. Es entonces un reto especial que deben plantearse arquitectos, constructores y empresarios del sector.

2. También, y de modo especial, requieren servicios de salud amigables, oportunos y de calidad; ello significa que los prestadores de estos servicios no podrán asumir que dicha población cuenta con gran habilidad para tramitarlos por medios virtuales porque serán muchos quienes no manejan esa tecnología, que en general les intimida. Tampoco es un público que pueda llegar a las 5 ó 6 de la madrugada y hacer largas filas para cumplir citas médicas, o esperar varias horas para que les digan que allí no era, o que se agotaron las fichas o las citas; y tampoco para reclamar medicamentos que al final les informan que ese tipo de producto no lo entrega allí sino en otra dirección y otros días. Algo tendrán que hacer las EPS, IPS, aseguradoras y empresas de medicina prepagada para ofrecer un servicio verdaderamente humano, porque cuanto hoy tenemos se considera deplorable y exige con urgencia que se resuelva, garantizando atención prioritaria y adecuada para los mayores.

3. También se requerirán “cuidadores” y acompañantes debidamente cualificados: gerontólogos y geriatras, traumatólogos, terapeutas, psicólogos y psiquiatras, enfermeras y auxiliares especializados en atención a población mayor, así como otros profesionales que atiendan enfermedades propias de esa etapa de la vida. Inclusive la cirugía estética puede tener alta demanda.

Es afortunado que en Ibagué se cuenta con una Facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad de Tolima, que podría ocuparse de formar ese tipo de profesionales, técnicos y tecnólogos. Así mismo, el SENA y otras instituciones educativas podrán responder a esa demanda de cualificación especializada. Ganar fortaleza en estos campos bien podría hacer de Ibagué una potencia reconocida no solo a nivel nacional sino internacional, ¿por qué no?

4. Así mismo, la oferta de “Hogares Geriátricos” y “Hogares Psiquiátricos”, es otra necesidad imperiosa que debe atenderse. Si bien existen varios de los primeros, es necesario reconocer que, en general, operan en inmuebles adaptados en forma precaria que, aun cuando prestan un valioso servicio, no responden adecuadamente a las necesidades específicas de aquella población. Ello, tomando en cuenta que “en todos los casos la humanización ha a ser un factor común y fundamental. El modelo está cambiando con respecto al tradicional, con unidades de convivencia, pequeñas y más asimiladas a un entorno de hogar y no institucionalizado”, como lo explica Roberto Campos, director general de Avintia Inmobiliaria[10]

5. La producción, reparación y mantenimiento de prótesis, equipos y artefactos que aporten al bienestar de los mayores puede ser un campo de actividad en que se comprometan profesionales de diversas ingenierías, técnicos y tecnólogos de variadas disciplinas que, en equipo con profesionales y técnicos de ciencias de la salud, pueden encontrar no solo oportunidades para prestar un gran servicio sino también para sacar adelante propuestas ingeniosas e innovadoras que aprovechen al máximo los avances de la ciencia y la tecnología.

6. También, la oferta de programas recreativos especializados para mayores puede representar oportunidades de negocio. Ello incluye, por ejemplo, el turismo de naturaleza, cultural y recreativo, que demanda escenarios debidamente adecuados, parques, gimnasios y entrenadores preparados para responder las necesidades de la población mayor. Igualmente, se requiere transporte y agencias especializadas, así como emprendedores que entiendan que se trata de una población que quiere vivir una vejez saludable y activa, que cuenta con cierta capacidad de compra y con necesidades algo diferenciadas.

7. De modo especial se requiere la participación de las Cajas de Compensación Familiar que pueden jugar un papel protagónico y deberán estar muy atentas para garantizar que su oferta de servicios, tanto en salud como en recreación y capacitación, respondan a las peculiaridades de esta población que potenciará su actividad.

8. Así mismo los Centros Comerciales tendrán que adaptar su infraestructura a las condiciones anotadas, asegurando que su oferta comercial y de servicios incluya secciones especializadas para proveer el tipo de productos y espacios de socialización y esparcimiento que se adecúen a este tipo de población. De modo especial, la manufactura de ropa y calzado deben responder a esta demanda diferenciada, igual que la oferta de alimentos y medicamentos.

9. Las universidades y otras instituciones educativas, a su vez, pueden encontrar nuevo público para una oferta que no solo eduque sino que además ofrezca oportunidades de recreación y socialización y, por sobre todo, signifique una posibilidad para el uso creativo de su tiempo libre y una buena excusa para salir de casa. Así mismo, este grupo poblacional amerita investigación en múltiples aspectos y son diversas las disciplinas que pueden involucrarse en ese trabajo; con ello podrán retroalimentar la formulación de política pública y orientar el diseño y la oferta de productos y servicios en muy diversos campos.

10. Será igualmente, una oportunidad para crear y fortalecer organizaciones, programas y estrategias que canalicen el gran potencial que representan los mayores para actuar como asesores, consejeros o monitores de otras personas que puedan beneficiarse con su disposición a compartir su sabiduría y experiencia. La estructuración de un “Banco de Tiempo” puede ser una buena alternativa para ordenar tan valioso aporte que, además, les hará sentirse útiles y les dará la posibilidad de hacer amigos y compartir su tiempo con un público diverso. Así mismo, las asociaciones de ayuda y sin ánimo de lucro pueden fortalecerse con su presencia.

11. Las actividades que se desarrollen deben tomar en cuenta la importancia de apoyar a los mayores para que superen el aislamiento, la soledad, la sensación de abandono y la depresión que les puede afectar, entre otras razones porque con frecuencia sucede que al final de su vida muchas de ellas y ellos han perdido a la mayoría de sus amigos y familiares, o los pocos que les quedan viven lejos o han dejado de comunicarse.

12. Se requiere, ante todo, trabajar por la dignificación del adulto mayor respetando su autonomía y derechos; ello hace imperativo que se logre la superación de estereotipos o “edadismos”, teniendo en cuenta temas intergeneracionales y estimulando el encuentro de jóvenes y mayores que construyen formas de enseñanza aprendizaje mutuo: jóvenes que enseñan a los viejos y viejos que enseñan a los jóvenes.

Para lograr éxito en este empeño es necesario promover programas que fortalezcan la Cultura Ciudadana hasta conseguir que se arraigue y se reconozca como una impronta y parte del atractivo de la ciudad. Es una tarea que exige el compromiso de los hogares, las instituciones educativas, el ámbito laboral y muy especialmente los medios de comunicación. Incluye la interiorización de una actitud amable y disposición a ayudar a otros, así como el mejoramiento de la calidad del servicio en los diferentes establecimientos y escenarios. Exige también, reconocer que los mayores son un tipo de público que además de respeto y amabilidad, requieren mayor atención en la forma de comunicarse con ellos entendiendo que pueden presentar limitaciones de diverso orden.

13. Lo planteado deja claro que el aprovechamiento de la oportunidad referida exige el compromiso de muy diversos sectores de actividad y muy particularmente de los gobiernos departamental y municipales que, entre otras cosas, deberán cuidar que la infraestructura y el urbanismo respondan también a estos requerimientos, así como asegurar una buena calidad de servicios públicos[11], el trabajo por el embellecimiento de la ciudad que demanda mucha mayor atención al aseo, a los parques y zonas verdes. También, la preservación de los monumentos y del patrimonio, la promoción y realización de actividades culturales y deportivas apropiadas y la habilitación de los escenarios para facilitar el acceso de la población en referencia. Así mismo el mejoramiento de los andenes, de tal modo que posibiliten la circulación sin riesgos, no solo para los mayores sino para todos los transeúntes; tomar medidas para mejorar la señalización, resolver la congestión de las vías y los problemas que generan alta accidentalidad; además, trabajar por la agilización de todo trámite ante el sector público, asegurando una actitud receptiva y amigable de los funcionarios. Todo esto, en conjunto, hará de esta capital y de la región, un escenario que logre reconocimiento por la calidad humana de sus habitantes, lo cual constituye un gran valor agregado con positiva incidencia en múltiples campos de la vida social. Aquí cabe mencionar que un buen referente para la región puede ser la apuesta asumida por la Alcaldía de Bogotá  (desde la Secretaría Distrital de Integración Social) que conformó  los Consejos de Sabios y Sabias[12] con el fin de avanzar en la implementación de la ‘Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores’ adoptada en Washington el 15 de junio de 2015, a la cual el Congreso de Colombia se adhirió mediante la ley 2055 del 10 de septiembre de 2020[13].

14. Hablamos entonces de lo que se ha dado en llamar “Economía Silver, Economía de las Canas o Economía Plateada” que, por las razones señaladas, hoy constituye un gran potencial para generar desarrollo y empleo en un espectro muy amplio de actividades. Ello, por supuesto no sucederá de modo espontáneo; como se ha señalado, exige trabajo articulado tanto del sector público como del privado, los gremios y la sociedad civil. Para comenzar requiere la formulación de política pública, normatividad y planificación adecuadas a fin de que se creen las condiciones y estímulos para que las actividades se desarrollen con prontitud, en forma ordenada e integrada, eficiente y sostenible. Así, la “Economía de las Canas” igual que la “Economía Naranja” representan un gran potencial que el Tolima debe aprovechar de la mejor manera posible porque una y otra pueden constituirse en grandes generadoras de empleo y riqueza. El desafío es, entonces, hacer del Tolima una gran potencia en una y otra, y las condiciones están dadas. Lo que sigue es que trabajemos en equipo, sin pausa y con entusiasmo para lograrlo.

15. Es evidente que son muchos los sectores de actividad y las personas que pueden beneficiarse y, por tanto, es imperativo que cada uno haga su tarea de la mejor manera, entendiendo la necesidad de armonizar los esfuerzos y asumirlo como un reto cuyos resultados no solo servirán a los adultos mayores sino a la comunidad como un conjunto. Cabe destacar adicionalmente, que en la atención a los mayores es alta la proporción de mujeres y jóvenes que pueden encontrar trabajo y, también, que quienes hoy son jóvenes se beneficiarán de este esfuerzo …. cuando sean mayores.

16. Es imperativo que se entienda que la llegada de un volumen significativo de personas mayores que decidan  pasar su vejez en la capital musical y en otros municipios del Tolima, es una circunstancia para la cual debemos prepararnos en la debida forma y acogerla como una valiosa oportunidad, así como lo han hecho Costa Rica y Panamá, países centroamericanos cuya economía se beneficia en forma notable con la llegada de personas mayores que dejan Estados Unidos para vivir en un lugar donde el costo de vida es menor y no tienen que sufrir la inclemencia de las estaciones, los huracanes, los tornados, la congestión, la polución, ni la inseguridad que enfrentan en muchas zonas de su país de origen.

17. Lo planteado como oportunidades de trabajo y fortalecimiento de la economía regional que pueda derivarse por la llegada al Tolima de personas mayores que escojan la región como su residencia, hace imperativo asegurar que nos ocupamos no solo de crear condiciones favorables para ese público sino, que también y de modo simultáneo, corresponde asegurar que se crean condiciones favorables para la población mayor nativa, pues nada justificaría que estos mantengan condiciones precarias mientras los esfuerzos se centran en los forasteros que lleguen. Aquí cabe reflexionar sobre la difícil situación en que sobreviven los ancianatos que operan en Ibagué y en otros municipios, por la extrema precariedad de recursos con que cuentan, puesto que los aportes de gobiernos y de donantes son muy reducidos; también, sobre las largas listas de espera para lograr un cupo y sobre el gran número de “habitantes en condición de calle” que yacen en las calles y bajo los puentes en condiciones miserables, muchos de los cuales son adultos mayores que muy poca atención reciben. Lo planteado como oportunidades de trabajo y fortalecimiento de la economía regional que pueda derivarse por la llegada al Tolima de personas mayores que escojan la región como su residencia, hace imperativo asegurar que nos ocupamos no solo de crear condiciones favorables para ese público sino, que también y de modo simultáneo, corresponde asegurar que se crean condiciones favorables para la población mayor nativa, pues nada justificaría que estos mantengan condiciones precarias mientras los esfuerzos se centran en los forasteros que lleguen. Aquí cabe reflexionar sobre la difícil situación en que sobreviven los ancianatos que operan en Ibagué y en otros municipios, por la extrema precariedad de recursos con que cuentan, puesto que los aportes de gobiernos y de donantes son muy reducidos; también, sobre las largas listas de espera para lograr un cupo y sobre el gran número de “habitantes en condición de calle” que yacen en las calles y bajo los puentes en condiciones miserables, muchos de los cuales son adultos mayores que muy poca atención reciben.

18. Por todo lo anterior, resulta pertinente dialogar en torno a este tema, involucrando muy diversos actores y sectores del quehacer económico, político y social, y asegurar que se incluya como materia de análisis en diversos escenarios tales como el “Encuentro de Tolimenses” y en procesos de formulación de Planes de Desarrollo Departamental y municipales, e identificar y adoptar las modificaciones que se deban introducir. Finalmente, para enriquecer la reflexión en torno a lo planteado, será muy útil contar con la participación de expertos en la materia, a fin de estructurar un planteamiento que oriente la formulación de Política Pública, con sus respectivos programas y estrategias, así como los compromisos sociales e institucionales necesarios para su implementación.

[1] Villa, Juan Miguel, Presidente de Colpensiones. Columna  editorial publicada en el diario tolimense El Nuevo Día. Ibagué, 24-11-2021

[2] El Presidente del Comité Latinoamericano y del Caribe de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría -Médico Geriatra Robinson Cuadros Cuadros- llama la atención sobre el hecho de que : “El  Euromonitor   internacional   compara   el   rápido  envejecimiento  poblacional  de  Colombia  con  el  de  Corea  del  Sur,  Malasia  e  Indonesia  y   nos   obliga   a   comprender   que   el   índice   de   envejecimiento  en  nuestro  país  se  triplicó  en  tan  solo  6  décadas,  mientras  que  a  Francia  le  tardó  115  años  para  que  su  grupo  de  mayores  de  65  años pasará de ser el 7 % al 14 % del total de su población.  Colombia tendrá ese crecimiento en tan solo 20 años… Hoy Colombia cuenta con más de  23.200 personas mayores de 100 años y ésta es una  cifra  que  crecerá  exponencialmente  en  las  siguientes  décadas,  con  la  particularidad  de  que  más  de  la  mitad  de  las  centenarias  son  y  serán  mujeres”. (Revista Colombiana de Endocrinología, Diabetes & Metabolismo. Editorial. Volumen 8, Número 4 de 2021.

(http://revistaendocrino.org/index.php/rcedm/article/view/728/934)

[3] El Nuevo Día. Ibagué, 27-12-2021 pg. A5

[4] OMS. Informe de la Organización Mundial de la Salud publicado el Día Internacional de las Personas de Edad. Ginebra/Washington, DC / 30-09-2015

[5] OMS- Resumen- Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud:  https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/186471/WHO_FWC_ALC_15.01_spa.pdf

[6] Ley 2055:  https://dapre.presidencia.gov.co/normativa/normativa/ LEY%202055%20DEL%2010%20 DE% 20SEPTIEMBRE %20DE%202020.pdf

[7] Según la Cámara Colombiana de la Construcción -Camacol- desde 2019 la migración de Bogotá hacia municipios aledaños como Cajicá, Chía, Cota, Gachancipá, Nemocón, Sopó, Tabio, Tenjo. Tocancipá y Zipaquirá, ha sido notable especialmente debido a que encuentran vivienda y servicios públicos con costos muy inferiores a los que ofrece Bogotá, además de servicios integrales y ambientes amables y más cercanos a la naturaleza …  no obstante es tanta esa migración que constituye una amenaza porque desborda la capacidad de los servicios públicos, vías y transporte público de esos entornos. (El Tiempo. 03-04-2022 pg 4.1)

[8] Generar información sobre esta materia es un ejercicio que debe emprenderse para dar mayor sustento a las decisiones que se puedan tomar. Una tarea que pueden asumir las universidades regionales con el apoyo de los gremios y entidades gubernamentales.

[9] Es preciso señalar que buena parte de esa creciente oferta responde a vivienda VIP y VIS, lo que significa que cuenta con subsidios especiales del Gobierno para población de escasos recursos.

[10] https://elpais.com/extra/infraestructuras/2022-02-13/los-mayores-abren-la-puerta-a-la-ciudad-para-todos.html

[11] De modo especial es imperativo asegurar la capacidad de proveer servicio de agua potable y sostenible en Ibagué, que hoy presenta deficiencias y deben subsanarse.

[12] Alcaldía Mayor de Bogotá: https://www.integracionsocial.gov.co/index.php/noticias/98-noticias-adultez/4972- -mayor-de-bogota-posesiono-al-nuevo-consejo-distrital-de-sabios-y-sabias?fbclid=IwA

[13] Ley 2055. Ibid

¿Tiene alguna duda?